Intervención en el Fórum Europa – Tribuna Catalunya
Intervención de Miquel Iceta en el Fórum Europa – Tribuna Cataluña
Barcelona, 16 de julio de 2015
Muy buenos días.
Quiero agradecer a Nueva Economía Fórum y a sus patrocinadores por su amable invitación a compartir con todos ustedes este desayuno coloquio.
En un momento político tan convulso y apasionante como este es de agradecer que existan espacios de conversación que permitan compartir opiniones sobre la situación política sobre el presente y el futuro de nuestro país.
Agradezco también la amabilidad de Victoria Camps por haber aceptado presentarme y por ofrecernos una visión de las cosas que transciende el ruido del día a día. Una visión impregnada de la sensatez que a menudo echamos de menos en la política. Le agradezco su reivindicación de la socialdemocracia y del federalismo, y sus afectuosas palabras sobre mi candidatura.
Me gustaría poder analizar algunos de los temas que, por su importancia, configuran la agenda del debate político en los países de nuestro entorno pero de los que aquí hablamos muy poco:
- La necesidad de acelerar la construcción de un verdadero gobierno del área euro, siguiendo las recomendaciones del denominado “Informe de los cinco Presidentes”, para evitar la reedición de un drama como el que hoy están padeciendo los ciudadanos de Grecia.
- Las consecuencias geopolíticas del reciente acuerdo nuclear entre los EE.UU e Irán y los profundos cambios que se están produciendo en el sistema de relaciones internacionales por la emergencia de China y la prosperidad del sudeste asiático.
- Las guerras y la inestabilidad política en Oriente Medio y en parte del norte de África, que nos afectan muy directamente mediante la emigración masiva hacia los países mediterráneos europeos.
- O las grandes incertidumbres que tiñen la situación económica de muchos países avanzados que, como es el caso de España y de Cataluña, han comenzado a crecer pero arrastran un enorme endeudamiento y tienen que completar aún el proceso de consolidación fiscal en un contexto marcado por un aumento insólito de las desigualdades.
Pero, desgraciadamente, las urgencias de nuestro debate doméstico y mi voluntad de hacer una intervención de una duración razonable para permitir el posterior debate, me obligan a dejar estas cuestiones para otro momento.
Este es el primer acto público que hago después de ser elegido candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat.
Sí, soy candidato a la Presidencia de la Generalitat y por ello encabezo una candidatura electoral. Creo que cuando uno aspira a la máxima magistratura de nuestro país no lo puede hacer de otra manera.
Y dicho esto que gustaría explicaros porqué quiero convertirme en President de la Generalitat, qué querría hacer al servicio de Cataluña si obtengo el apoyo de la mayoría del Parlament.
Quiero trabajar para encontrar soluciones a los problemas de las personas, no para incrementar los problemas que tenemos como país.
Dicho de forma clara, quiero salir del lío, del proceso, como le quieran llamar, quiero salir del lío.
Quiero trabajar para ampliar consensos en favor de un autogobierno de Cataluña más potente, de una economía más dinámica, de una prosperidad mejor repartida, de una democracia de más calidad.
Estoy absolutamente convencido de que Cataluña somos todos y de que la división no nos traerá nada bueno.
Soy heredero de un catalanismo integrador, del magnífico esfuerzo del PSUC, del PSC, de los sindicatos, que no solo consolidaron la unidad civil de nuestro pueblo, sino que supieron incorporar al catalanismo popular y social a personas con orígenes, lenguas y culturas diversas.
Creo que queda mucho camino por recorrer todos juntos para una Cataluña más libre, más próspera y más justa sin necesidad de dividirnos en dos mitades difícilmente conciliables.
Creo que poner sentimientos a votación, pensar que mayorías raspadas pueden forzar rupturas irreversibles es un grave error. Un error porque de él no solamente no se derivará ningún avance, sino que puede producir un retroceso que nos perjudique a todos.
Hay quien dice que estas elecciones son plebiscitarias. En los plebiscitos la ciudadanía está llamada a pronunciarse a favor o en contra de una cuestión relevante. En las elecciones los ciudadanos escogen a diputados que les representan en el Parlament.
Ciertamente de las elecciones puede salir una mayoría independentista, pero de las elecciones no se deriva una decisión democrática sobre la independencia, que requiere de un cambio radical del ordenamiento jurídico vigente y un mandato democrático que sólo puede surgir de un referéndum acordado.
Dicho de forma más sencilla, una mayoría de diputados independentistas no pueden proclamar la independencia sin situarse ellos mismos y las instituciones a las que tienen que servir fuera de la ley. Cualquier deriva de estas características es altamente peligrosa y no se puede disimular la gravedad de las consecuencias que tendría.
No hay solución unilateral al encaje de Cataluña en el conjunto de España. Todos lo sabemos. Si para reformar el Estatuto hacía falta el apoyo de 2/3 del Parlament de Catalunya, ¿la independencia requeriría menos apoyo? Si para reformar el Estatut hacía falta negociar en las Cortes Generales, ¿la independencia no requiere de ningún tipo de negociación?
Veo a veces un exceso de voluntarismo e incluso un exceso de entusiasmo. Votemos, votémoslo nosotros, votemos nosotros en solitario. Cuentos de hadas. Desconocer la realidad no es ninguna garantía de superar los obstáculos. Más bien al contrario. Desconocer la realidad es topar constantemente con los obstáculos que no queremos ver.
Demasiado a menudo oigo decir que si las leyes no gustan o se consideran injustas no hace falta cumplirlas. Y con eso, lo diga el President de la Generalitat o la alcaldesa de Barcelona, no puedo estar de acuerdo.
Si las leyes no gustan o se consideran injustas, hay que cambiarlas por los procedimientos establecidos por las propias leyes. El sistema democrático sobre el que construimos nuestra convivencia depende del cumplimiento de las leyes. Desconocer eso acabaría imponiendo la ley del más fuerte, la ley de la selva. Y no quiero eso para mi país, ni para el país de hoy ni para el nuevo país que algunos quieren construir.
De las elecciones se derivará una mayoría parlamentaria que después tendrá que elegir al President de la Generalitat y dar su apoyo a un gobierno. Tanto es así que Artur Mas y Oriol Junqueras se han apresurado a cerrar un acuerdo sobre quién tiene que ser el futuro Presidente, el cuarto de la lista, y el futuro vicepresidente del gobierno, el quinto de la lista.
Si quieren seguir gobernando los que nos han gobernado durante los últimos años deberíamos hacer un balance su obra de gobierno. Pero sería injusto pedir cuentas a Raül Romeva, Carme Forcadell y Muriel Casals de una gestión en la que no han tenido nada que ver. En fin, señalo una pequeña o no tan pequeña disfunción política.
El balance del tándem Mas-Junqueras no es demasiado positivo. Ni pacto fiscal, ni consulta con efectos decisivos, importantes recortes sociales, ninguna nueva inversión, ningún nuevo gran proyecto, ninguna nueva competencia y ni siquiera la revisión del sistema de financiación que debería haber entrado en vigor el uno de enero de 2014.
¡El President Mas tiene el récord de haber sido el primer presidente de Cataluña que no ha mejorado la financiación en su mandato!
Cuando digo eso siempre me responden, y no les falta razón, que el PP se ha cerrado en banda a cualquier negociación. Pero tienden a olvidar que la estrategia de poner por delante una consulta sobre la independencia bloqueaba cualquier posibilidad de diálogo. Y olvidan también que tampoco han querido esperar a un cambio del escenario político español que hubiese podido propiciar una negociación necesaria.
Ayer mismo el Presidente del Círculo de Economía, Antón Costas, en un valiente artículo publicado en La Vanguardia señalaba las funestas consecuencias que ya ha comportado la obsesión monotemática: la destrucción del sistema catalán de partidos, los riesgos económicos y efectos sobre la convivencia.
Antón Costas hacía una afirmación incontrovertible: el principal obstáculo a la independencia es que ésta no es una opción ampliamente mayoritaria en la sociedad catalana. Yo creo que no es ni siquiera mayoritaria, pero lo que es seguro es que no es “ampliamente mayoritaria”.
¿Qué recomienda Antón Costas en este escenario? Un objetivo que comparto: tomar impulso para formular propuestas políticas coherentes, factibles y ampliamente compartidas.
Eso es lo que modestamente me propongo hacer.
Quiero ser President para que la sociedad avance colectivamente, para que nadie quede atrás.
Quiero hacer todo lo posible para que la esperanza vuelva a las personas en paro, especialmente a los más jóvenes, a los mayores de 45 años y a los que llevan ya mucho tiempo en situación de desempleo.
Quiero ser President para desarrollar un programa socialdemócrata.
Quiero ser President para volver a cohesionar a la sociedad en torno a los objetivos del catalanismo que son compartidos por una amplísima mayoría de los catalanes: fortalecer el autogobierno, promover nuestra identidad plural que considera la lengua y la cultura catalanas un tesoro a preservar e impulsar, defender nuestros intereses económicos, nuestro patrimonio natural.
Quiero ser President para encontrar soluciones justas y acordadas a nuestros problemas. Quiero una Cataluña rica y plena, sí, próspera y justa, libre y segura. Quiero una Cataluña capaz de negociar un nuevo acuerdo con el resto de pueblos de España.
Un acuerdo que creo que hay que recoger en una reforma constitucional federal que sea sometida a referéndum. Solamente así resolveremos la anomalía democrática causada por la alteración por parte del Tribunal Constitucional del Estatuto que habían votado los catalanes.
No les pienso decir que este sea un objetivo ni sencillo, ni fácil, ni rápido. Creo que los representantes políticos, y los que aspiran a serlo, tenemos una especial obligación con nuestros conciudadanos: decir la verdad, aunque eso implique a veces ir contracorriente.
Como político puedo soportar haberme equivocado a veces, pero no me perdonaría nunca que alguien me dijese que le he engañado de forma consciente.
Era difícil decir que con la ley de consultas no se podía hacer la consulta del 9N. Era difícil insistir en que era imprescindible negociar y pactar la consulta con las instituciones del Estado. Pero era verdad. Y el tiempo nos ha dado la razón.
No quiero alargarme excesivamente sobre los compromisos de nuestro programa electoral. Pero, por cierto, somos el único partido que tiene su proyecto de programa electoral colgado en la web para que todo mundo lo conozca y pueda hacer aportaciones antes de que lo aprobemos definitivamente el 25 de julio.
Quiero ser President para desarrollar un programa que contiene cuatro grandes prioridades:
- Quiero hacer crecer la economía, que este crecimiento no genere nuevas desigualdades. Quiero repartir mejor la riqueza existente y crear empleo. Quiero recuperar el espíritu de los acuerdos entre gobierno, empresarios y sindicatos que tan bien funcionaron en los gobiernos de los presidentes Maragall y Montilla bajo el impulso del conseller Antoni Castells.
- Quiero desarrollar un Agenda para la Igualdad con un Plan de Rescate Ciudadano. Defendiendo los servicios públicos, garantizando la calidad de la sanidad y la educación públicas, con unos servicios sociales de acceso universal.
- Quiero impulsar la regeneración institucional y democrática, con más transparencia y un control de los electos y los partidos, despolitizando la Administración.
- Quiero promover un nuevo acuerdo entre Cataluña y el resto de los pueblos de España. Comenzando por la negociación del Pacto Fiscal que deberíamos de tener ya y continuando con la reforma federal de la Constitución, en la que contamos con la complicidad del PSOE de Pedro Sánchez.
Los socialistas tenemos claro que hay que impulsar el cambio que ya se está produciendo en España y que hará más fácil el cambio que Cataluña necesita.
Hemos visto el cambio en el País Valencia, en Aragón, en las Illes Balears, gobiernos y presidentes claramente favorables a la reforma federal de la Constitución, y que dejan atrás el anticatalanismo primario del PP.
Después de las elecciones generales tendremos también un gobierno de España dispuesto al diálogo y a la negociación. Abierto a la reforma federal, a encontrar de una vez por todas una solución al encaje entre Cataluña y el resto de España. Una solución al problema político más grave que hemos vivido desde la Transición y que, por cierto, el presidente Rajoy se ha empeñado en ignorar.
El cambio en España está en marcha y en Cataluña lo tenemos que aprovechar, lo tenemos que impulsar, lo tenemos que protagonizar. Será el momento de impulsar una reforma federal de la Constitución que pueda ser votada y que nos permita avanzar en nuestro reconocimiento y nuestro autogobierno.
Explicaré una vez más los objetivos de la reforma federal que proponemos, que superará las ineficiencias y las disfunciones constatadas después de más de treinta años de funcionamiento del Estado de las Autonomías y resolverá la herida de la sentencia sobre el Estatuto.
Resumimos nuestra propuesta en cuatro “R”:
Reconocimiento: proponemos una reforma que reconozca a Cataluña como nación dentro de un Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe, que reconozca las singularidades propias de las nacionalidades históricas, los hechos diferenciales y los derechos históricos ya recogidos por la Constitución y los Estatutos vigentes (art. 5 EAC).
Reglas: Proponemos una reforma que establezca de forma precisa las competencias del Estado y la atribución de todas las demás competencias a las Comunidades Autónomas, que considere los temas lingüísticos, educativos y culturales como competencia estricta de las Comunidades con lengua propia.
Recursos: proponemos una reforma que constitucionalice los principios de solidaridad y ordinalidad que tienen que regular la financiación de las Comunidades Autónomas, es decir, que las Comunidades no empeoren su posición relativa en recursos una vez ejercida la solidaridad, que impulse la creación del Consorcio Tributario entre las administraciones.
Y Representación: proponemos una reforma que transforme el actual Senado en un Consejo Federal integrado por los Gobiernos autónomos, para que las comunidades puedan participar en la toma de decisiones del Estado federal.
Tenemos claro que el camino a seguir para hacer posible un Estado federal y, por mucho que lo pido, todavía espero que alguien me explique cómo se llegará a la independencia.
Voy acabando. El próximo mes de septiembre será clave para Cataluña. Decidiremos si salimos del lío en que nos han metido en los últimos cinco años con más líos, o con un gobierno capaz de encontrar soluciones justas y acordadas a los principales problemas de los catalanes.
Quizás alguien se preguntará qué avales ofrezco para conseguir estos objetivos.
Les ofrezco un único aval, el aval del socialismo catalán, el de Joan Reventós, Josep M. Triginer y Josep Verde, el socialismo catalán que forma parte del socialismo europeo e internacional, el socialismo catalán que luchó con muchos otros contra la dictadura, el que construyó con muchos otros la democracia, el socialismo catalán que fue decisivo en la aprobación de la Constitución de 1978, y la del Estatuto de 1979 y la del Estatuto de 2006, y de la ley del catalán, el socialismo catalán que puso las bases de la modernización de España, del Estado del bienestar y el ingreso en la Unión Europea con Felipe González, el socialismo catalán que transformó pueblos y ciudades, el de la Barcelona olímpica, el del diálogo, la negociación y el pacto que le costó la vida a Ernest Lluch, el de los gobiernos del President Maragall y el President Montilla, el socialismo catalán del reconocimiento de nuevos derechos y libertades con José Luis Rodríguez Zapatero, el socialismo catalán que impulsará la reforma constitucional federal con Pedro Sánchez.
Este es mi aval: nuestra historia, nuestros valores, nuestros aciertos y nuestros errores, la trayectoria de un partido que nunca llevará Cataluña al desastre, que nunca pondrá en peligro la prosperidad colectiva, que nunca contribuirá a dividir a nuestro pueblo, que siempre trabajará por la justicia social y el acuerdo federal.
Cataluña somos todos. Libertad, progreso y justicia. Esta es y será mi divisa.
Muchas gracias.
Publicado el jueves 16 julio 2015 en Política. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.